O noso Geobot

A incrible historia de Geobot
Esta historia trata dun robot chamado Geobot que despois de dúas décadas  de traballo analizou o mesmo solo do lugar onde máis tarde de fabricarse lle fixeron a proba de si funcionaba ,e ainda que pareza raro sentiu morriña.
Pero cando  chegou a nova  xeración de robots  xeólogos a Geobot llo venderon a un friki. O friki lle fixo traballar moito tempo en tonterias.
Máis tarde un mariñeiro galego comprouno por un capricho pero non tardou en cansarse.
Entón vendeullo a un anticuario namibio.
Pouco despois un alemán comprouno e o deixou nunha lingua de basalto para que se oxidara e poñelo de decoración nun bar da súa propiedade. El acendeuno  aínda que tiña as baterías moi machacadas quedábanlle dúas horas de vida.
O chan era exactamente o mismo entón sentiu moriña...  Apagouse para sempre                                                                  
                                  Lois Fraga Díaz                    

LA INCREIBLE HISTORIA DE GEOBOT
Xurxo Mariño
Esta historia trata sobre un robot llamado Geobot. El robot había trabajado unos 20 años para un departamento de una Universidad de Brasil. Su especialidad era analizar el suelo, analizaba rocas en muchos lugares de América. Dicen que tenía mucha inteligencia, o al menos eso parecía, pero si tenía una habilidad extraordinaria analizando las composiciones íntimas de una roca.
Cuando ya era mayor lo llevaron a analizar una explotación minera cerca de Santiago de Chile. Cuando le preguntaron él tardó mucho en responder. Los geólogos se preocuparon, y pensaron que algo había fallado. Pero el problema era que él tenía morriña. Dicen que Geobot se emocionaba, porque él ya había visitado esta misma mina antes. Los geólogos se detuvieron y pensaron que Geobot se habría emocionado con la vuelta a su lugar de origen.
Pero todo esto había ocurrido hace mucho tiempo. Cuando llegó una nueva generación, Geobot fue vendido a un argentino. Él estuvo bastante tiempo allí, al servicio del argentino y tomando muestras de los adoquines de San Telmo, o lo que él le pidiera.
Más adelante el argentino se volvió loco y vendió el robot a un marinero gallego. El marinero parecía ser toxicómano, pero igualmente se lo quedó por comodidad. El marinero se cansó del robot, entonces un día que su barco atracó lo dejó en un anticuario. Cuando el robot llegó al anticuario a los trabajadores les pareció una máquina útil y atractiva, y se lo quedaron.
Pero, poco duró en el anticuario y lo compró un empresario alemán para utilizarlo como decoración en su local. Allí  lo colocó aunque lo único que le interesaba era que se oxidase, y ahí, justo antes de morir sintió por segunda vez la morriña. Geobot descubría que el basalto de la meseta Etendeka en Namibia era lo mismo que el de las cataratas de Iguazú. Cuando sólo le quedaban 15 minutos de batería la única explicación que encontró es que esos dos continentes no habían estado separados siempre, sino que en algún momento habían sido lo mismo. Y así Geobot dejó que la morriña se le escurriera agarrado a los restos de un volcán y quedó sin batería para siempre.

 Claudia Fernández Vilela
Carla Martínez Villar

La increíble historia de Geobot

La historia de Geobot es una historia inventada como un cuento, que seguramente visitó los lugares que se cuentan.

El Geobot es un robot con mucha experiencia, pero no parecía que fuese muy inteligente, no tuvo tiempo de demostrarlo. Su función es analizar las piedras del terreno, y analizar sus componentes internos.
Una vez, cuando era mayor, lo llevaron a analizar unas piedras en una mina de Santiago de Chile. Tardo más tiempo de lo que pensaban, porque para probarlo lo llevaron a esa misma mina, y sintió una morriña.
El Geobot se había emocionado. Era la sensación que sintió al analizar por 2ª vez las primeras piedras que analizó en su robótica vida.
Los geólogos vendieron al Geobot cuándo se invento una nueva generación de robots geológicos. Se lo vendieron a un friki, que lo utilizó para descifrar un misterio de los adoquines de San Telmo, escuchando la música del tango.
Nadie conoce muy bien la razón, pero el friki se volvió toxicómano y, para sacarse unas pelas, vendió a Geobot a un marinero gallego, que también era toxicómano, pero al que le pareció oportuno darse el capricho de tener un robot que introducía una pequeña sonda en el suelo y, a los pocos segundos, de la composición de lo que allí hubiera.
El marinero gallego se cansó pronto de Geobot y de conocer al detalle la composición mineralógica de todos los espigones del Atlántico Sur. Un día que su barco atracó en Walvis Bay, Namibia, buscó un anticuario y allí le dejó el robot geólogo.
Sea como fuere, al anticuario Geobot le parecía una máquina atractiva, y además parecía funcionar estupendamente: emitía hacia el suelo un brazo metálico que remataba en un tubo fino y, con un sonido similar al de los taladros de los dentistas, horadaba la superficie.
Duró poco Geobot en la tienda de Walvis Bay. Lo compró un empresario de origen alemán que estaba montando una especie de Desert Lodge, unos apartamentos en el desierto del norte de Namibia.
Pensó que Geobot, con esa pinta de máquina rara de funciones indescifrables, quedaría muy bien encima de una de esas enormes rocas de basalto que rodeaban su nuevo local en la meseta Etendeka.
Lo colocó, lo encendió, pero no encendió porque tenía las baterias machacadas.
Al alemán lo único que le interesaba es que aquel cacharro se oxidase, para que se pusiera a tono con el conjunto. Geobot, que no sabía hacer otra cosa salvo analizar el suelo sobre el que lo colocaban, se puso a lo suyo.
De repente le subió por todos sus circuitos un calambre que lo trasladó a su juventud en Brasil. Pero, ¿a qué se debía esa morriña de Brasil en pleno desierto africano? Efectivamente, estaba en el continente africano en una esquina del noroeste de Namibia, pero el basalto y toda la montaña sobre la que se encontraba eran algo así como un trozo perdido, olvidado, de América del Sur.     
  CARLOS PAIS COSTA


La increíble historia de Geobot
Un robot llamado Geobot ,con mucha experiencia porque había trabajado durante 20 años. El departamento geológico  de  São Paulo había analizado muchas rocas de rincones de América.
Una vez de mayor, lo llevaron a una explotación minera  a analizar rocas. Tardó un poco más de la cuenta en dar respuesta. Los geólogos brasileños creían que algo fallaba. Geobot estaba en perfectas condiciones físicas, era como una tristísima felicidad por volver al pasado, decidieron llamarlo morriña.
Geobot estaba emocionado porque los ingenieros chilenos que lo crearon, lo llevaron a esa misma mina.Geobot había sido vendido a un friki argentino  que decía que los adoquines del barrio de San Telmo escondían mensajes cifrados.
Nadie sabe la razón pero el friki se volvió toxicómano, vendió  a Geobot a un marinero gallego.
El marinero gallego se cansó de Geobot, un día buscó un anticuario y allí dejó al robot Geobot.
A Geobot lo compró un empresario que estaba montando una especie de Desert Lodge, unos apartamentos en el desierto del norte. Lo colocó allí y lo encendió  Geobot tenía las baterías machacadas.  Se marchó el alemán. Geobot quedó encima  de una lengua de basalto.
Antes de morir, sintió por segunda vez lo que era la morriña.
De repente le subió un calambre por sus circuitos que le llevo a su juventud en Brasil.
Pero a que era esa morriña de Brasil  en pleno desierto africano. Estaba en  continente africano en una esquina al noreste de Namibia, el basalto de toda la montaña era como un trozo olvidado de América del Sur.
Cuando África y América del sur empezaron  a separarse hubo una enorme erupción volcánica.
Geobot descubrió en sus dos horas de vida que el basalto de Etendeka en Namibia era exactamente igual al de las  Cataratas del Iguazú.
El conocimiento que llegó a Geobot cuando le quedaban 15 munutos de batería para encontrar una explicación.  La única explicación era que esos dos continentes no siempre habían estado separados.
Así se quedó para siempre sin batería.   
                                            SAULO MARTÍN PAULA UREÑA -  IVÁN VÁZQUEZ ALEJANDRO



                                                                                
                                 



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